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domingo, 28 de enero de 2024
RICARDO III - Escenografía
Notas sobre: "Nada, nadie, nunca" Juan José Saer
Analogías por cuenta y riesgo de la que suscribe
Ando con mi ejemplar de Nada nadie nunca de J.J.Saer, una primera edición de S.XXI-México- 1980- que compré y leí en esa época. Es una aventura leer tantas décadas después una obra que fue un impacto en mi universo lector. Hoy me detengo en la forma, en los recursos en ese fraccionamiento del texto que se hilvana y superpone desde el minucioso desbrozamiento de los puntos de vista. Son fragmentos que no dejo de ver como motivos musicales que se reiteran aunque no idénticos, un Bolero de Ravel que reitera cada vez con más instrumentos. De la música me traslado, en la descripción de la imagen, a la pintura y evoco a un Juan Gris o a un Picasso, cubistas (y a otro del que me voy a ocupar después) y el cubismo implica muchas perspectivas a la vez. El texto, condenado a la sucesión, debe resolver el tema de las perspectivas de otra manera. A diferencia de la pintura, la literatura puede dar cuenta del movimiento sin tener que lidiar con la cristalización de la imagen. Saer, en la pág 91 hace la descripción que transcribo, y en un costado, el párrafo encorchetado a lápiz, dice: "J. Gris". ¡Hoy coincido conmigo! Hoy agregaría que Saer muestra siempre sus mecanismos constructivos, fíjense si no.
" parecen atravesados por esas rayas blancas y amarillas, verticales, oblicuas, que cambian de un modo continuo de extensión, de ubicación en el conjunto, de lugar, una imagen resquebrajada o descompuesta, más bien, en infinitos fragmentos, no como un rompecabezas sino más bien como una estampa móvil, que va construyéndose o destruyéndose, sucesivamente o a la vez, ante la mirada que percibe, sin hacerlas conscientes o sin comprender del todo, continuas, las modificaciones."
fotos: Retrato de A.Vollard - Pablo Picasso/ Botellas y cuchillo- Juan Gris
Virginia Caramés
Notas sobre: "Husos del no" Ricardo Ruiz (Mora Barnacle - 2022)
Ricardo Ruiz |
Me propongo tomar notas de este libro desde los elementos que propone el autor.
Sus derivas son evidentes y diversas y cada lector se hará cargo.
Ricardo despliega un planisferio donde los husos no solo van de norte a sur; franjas verticales
que se desbaratan, como él mismo desbarata al no taxativo y la emprende con la
multiplicidad de ese no.
El no es cierre pero también apertura . Es muro y es pasaje. No le basta un fin y un principio
(alfa y omega), elige un medio, de los innumerables, y ruinas sobre ruina construye (como si hubiera otro sustrato sobre el que construir), construye, dice, lo que no es.
Y así nos encontramos ahora frente a un huso que gira. Noes que se hilan
ovillos de nuevas fibras, y fibras enrolladas unas sobre otras.
Hay dualidades del no que: dice lo que es/ sombra luz/ veneno remedio /y dice lo que aún no es.
Ahora recorto y pego:
una mano escribe por otra /traduce /una mano con otra escribe y su huso hila categorías
de no identidad, hila y reanuda, como el camino de lo creado.
Agua, mares, vientos y derrotas, y más allá orillas que se suceden y el huso
que vuelve a rodar Bárbaros esperamos hasta decir no
Yo me quedaría con una propuesta que de tanta fragilidad crece en contundencia; dice Ruiz,
o su recuerdo, o quién sabe, con certeza y sobre todo con ternura, mientras tanto/ sonríe/
comamos higos/ robados al olvido.
Virginia Caramés
Notas sobre: "Todos queremos ser hallados" Alberto Cisnero (Mora Barnacle - 2023)
HALLAR A CISNERO
Alberto Cisnero |
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acá no hay personajes fictos ni periplos
imaginarios. cuando leas estas líneas vas
a comprenderlo. todo es cierto. tal vez no
ahora, tal vez ni hoy ni mañana, pero más tarde,
toda la vida. que todo esto era cierto. estamos
preparados para sobrevivir. nos costará
menos decirlo que creerlo
Virginia Caramés
Notas sobre: “Esa materia que se fuga” Daniel Freidemberg (Mora Barnacle -2022)
Presentación de Esa materia... en el CCC (abril 2023) |
¿Se puede seguir usando una cláusula de arranque para reiterar en cada módulo:
“Vi” / “Como quien” / “Me acuerdo” / “ He visto”… (esa insistencia sin disimulo)?
Sí, se puede si luego todo es hallazgo para quien ha visto “...los ojos de cera de los gimnastas, las manos sin mancha de lo asesinos, la sombra de plástico de los winners, caballos de bronce encabritados, un libro de rezos en un alfabeto que ignoro.”
Aquí todo es y no es. Simultáneo
Hay más alivio en la contradicción que placer en la duda, “He visto atrás del fin otro fin/ o tal vez un principio/ o el suave ondear del polvo en/ el rayo de luz...”
No va a obtener, Freidemberg, en estos versos nada, y a pesar de todo, retrocede y obtiene el goce en los rastros, en los indicios de las listas no jerárquicas. Las imágenes y los sonidos se desmoronan y se barajan en una nueva cartografía de la escena que propone.
Bajo la imprecisa denominación de “poetas” hay un puñado de artistas en los que la forma y el contenido tiene un sentido de totalidad. DF explora en la penumbra con rigor e incertidumbre “me he visto viendo sin lugar las palabras” , dice.
Sabotea cada línea una y otra vez abriéndose paso entre hilos imprevisibles que denotan no partes sino un demoledor universo en fuga.
“ He visto el infinito en la pared de enfrente / Y el no saber qué hay detrás de la ventana”
Virginia Caramés
(texto leído en ocasión de la primera presentación del libro, en el CCC)
Notas sobre: El entenado de Juan José Saer (o la historia de un eclipse)
Voy a abordar El entenado desde la perspectiva del eclipse
En esta novela hay claramente tres etapas, Beatriz Sarlo, tratando de refutar el concepto de novela histórica (lo cual logra), habla de tres momentos: primero es el momento de ver, el momento en que el entenado vive con los aborígenes y, agrego yo, momento en que pierde la lengua de origen; el segundo momento, el del relato, que es el de comprender. El tercero es el de concluir; tiempo del inconsciente, de la reflexión y de la escritura. Hasta aquí Sarlo.
Estamos ante una historia con los problemas propios de la narración: la subjetividad de la evocación, el problema de cómo coagular en la memoria eso que Saer supo llamar “la rugosidad de lo visible”, esa memoria falible y selectiva que deberá estructurar en un relato y que, como cualquier narración que tiene que ver con la memoria, no puede ser de otra manera que engañosa; cito: “recuerdos y sueños están hechos de la misma materia y bien mirado todo es recuerdo” Y más adelante dice: “de esta manera sueño, recuerdo y experiencia rugosa se deslindan y se entrelazan para formar como un tejido impreciso, lo que llamo sin mucha euforia mi vida.”
Estos recuerdos, que narra un hombre ya viejo, van a ser plasmados en una lengua recuperada. Hay un movimiento cíclico en la vida de este grumete y en cada una de las tres etapas de su vida, un episodio con el lenguaje. Cuando llega al Río de La Plata, en su estancia con la tribu pierde su lengua natal y luego, al volver, debe reaprenderla. Me resulta inevitable vincularlo con las etapas luz/oscuridad/luz de un eclipse. La lengua es protagonista y está aquí tratada también como lugar. La pérdida y la recuperación de la lengua está mediada por el desplazamiento (como en un eclipse) Los ciclos están mencionados con frecuencia a lo largo de la novela: la costumbres reiteradas a tiempos regulares de los indios, los acontecimientos periódicos de la naturaleza y, sobre el final, la alternancia de las aceitunas verdes y negras que come el viejo cada noche
“Como alterno, por pura costumbre, las aceitunas verde
s con las negras, los dos sabores, uno sobre el otro, me traen la imagen, regular, de rayas verdes y negras que van pasando, paralelas, de la boca al recuerdo”
En el extraordinario final se relata el recuerdo del eclipse y yo creo que la historia se presenta como la historia de un ciclo lumínico hecho de lugar y de lenguaje; en última instancia, "El entenado", se revela como una obra de desplazamiento, donde el lenguaje es el medio que posibilita el pasaje a través de estos ciclos.
Virginia Caramés