Ricardo Ruiz |
Me propongo tomar notas de este libro desde los elementos que propone el autor.
Sus derivas son evidentes y diversas y cada lector se hará cargo.
Ricardo despliega un planisferio donde los husos no solo van de norte a sur; franjas verticales
que se desbaratan, como él mismo desbarata al no taxativo y la emprende con la
multiplicidad de ese no.
El no es cierre pero también apertura . Es muro y es pasaje. No le basta un fin y un principio
(alfa y omega), elige un medio, de los innumerables, y ruinas sobre ruina construye (como si hubiera otro sustrato sobre el que construir), construye, dice, lo que no es.
Y así nos encontramos ahora frente a un huso que gira. Noes que se hilan
ovillos de nuevas fibras, y fibras enrolladas unas sobre otras.
Hay dualidades del no que: dice lo que es/ sombra luz/ veneno remedio /y dice lo que aún no es.
Ahora recorto y pego:
una mano escribe por otra /traduce /una mano con otra escribe y su huso hila categorías
de no identidad, hila y reanuda, como el camino de lo creado.
Agua, mares, vientos y derrotas, y más allá orillas que se suceden y el huso
que vuelve a rodar Bárbaros esperamos hasta decir no
Yo me quedaría con una propuesta que de tanta fragilidad crece en contundencia; dice Ruiz,
o su recuerdo, o quién sabe, con certeza y sobre todo con ternura, mientras tanto/ sonríe/
comamos higos/ robados al olvido.
Virginia Caramés
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